La mente humana no tiene la capacidad de imaginar lo que ocurrió, cómo ni por qué en el principio de principios, nadie lo vivió pero algunas razas comprenden lo que fue, es y será la llamada "Semilla creadora". Nuestro universo es una infinitésima porción de lo que fue creado, es un universo de baja energía, bastante joven y de inferior jerarquía.
Todo lo que comprende la creación de la semilla es existente y no existente, lo que alguna vez te imaginaste, lo que no se invento y lo que sí, formas de energía desmanteladas, información perdida y generada, hasta las maravillas de lo desconocido.
Cada universo se creó con normas inviolables o leyes primordiales, las cuales son determinadas desde su origen y regidas por entidades energéticas de cuarto nivel.
Nuestro universo es en bastante especial, ya que fue el último en ser creado por la semilla y lo que nosotros llamamos "big bang" no es más que el momento en el que sus regentes fueron designados por autoridades energéticas de nivel tres para posteriormente liberar sus energías de una singularidad impregnando nuestra realidad. El primer "big bang" no es más que el inicio de la primer edad singular.
Nuestro universo, debido a sus leyes, es cíclico y cuando la capacidad energética de sus regentes es distribuida en su totalidad, este sucumbe bajo su propia atracción y así concentrando nuevamente sue energía, reinicia el ciclo.
Esta historia inicia a fines de la cuarta edad singular, el ciclo estaba a punto de reiniciarse y el universo estaba concentrando. Todo parecía ir normal hasta que autoridades de quinto, sexto y séptimo nivel a través de todo el universo comenzaron a reportar que la contracción estaba desacelerando y en algunas zonas incluso se expandía. Esto alarmó a todo el universo, los niveles energéticos estaban muy bajos y la materia empezaba a colapsar, necesitaban que el ciclo se cumpla y para encontrar una solución todos se reunieron en el centro del universo. El desastre era inminente y entre todos no había mucha esperanza hasta que el motivo del desastre apareció frente a todos en la singularidad, Kurai, una entidad de quinto nivel consiguió el poder suficiente para ralentizar la contracción cosmológica, se apareció frente a todos en forma de energía pura y una voz surgió de la inmensa nube de oscuridad en a que se manifestaba.
Kurai: - ¿Están asombrados? Quizás todos se pregunten qué está ocurriendo y cómo lo conseguí, las reglas nunca fueron lo mio y poco a poco toda esta jerarquía caerá-.
En ese momento, diez entidades de sexto nivel se manifestaron a su lado. Todos liberando energía suficiente para evitar el control de las autoridades, se unieron y comenzaron a atacar a todo el universo. Entidades de todo el cosmos comenzaron a atacar, usaron todas sus habilidades pero fue inútil, el universo se había expandido demasiado y la densidad energética espacio-temporal era muy baja así que poco a poco las entidades comenzaron a desaparecer.
La madre naturaleza y el padre tiempo vieron todo e hicieron acto de presencia en la singularidad. La energía que emanaba de ellos era de un nivel superior, pero Kurai sabía que esto ocurriría y trató de escapar a su dominio alterando el universo a su alrededor, se fusionó con las demás entidades y comenzó a luchar contra ellos. Kurai no era una entidad débil asi que logró sobreponerse sobre ambos, ya debilitados por la expansión, y los venció.
Ebria de poder, Kurai empezó a desgarrar la realidad y a desintegrar todo a su paso provocando onda energéticas entre el universos alertando a otros regentes y a criaturas multiversales.
Tendidos en el suelo, débiles y sin energía, los regentes modificaron el destino y enviaron señales a otros universos para poder así evitar la victoria de la sacerdotisa. Tan grande fue su descontrol, que a través de las grietas de la realidad hicieron presencia inmediata autoridades de universos cercanos, aunque esto no fue suficiente para detenerla.
Cada entidad perteneciente a un dominio cosmológico pierde gran parte de su energía al acudir a otro dominio. La situacion parecia no poder solucionarse hasta que con el último aliento de esperanza, la madre naturaleza y el padre tiempo modificaron el destino nuevamente y conjuraron una profecía mientras la el cosmos se estremecía y ruidos inconcebibles impregnaban el universo:
"Aquello que no ilumina perecerá sobre la luz
ocho picos surgirán del abismo
el poder no le será suficiente para combatir a la rosa
y la paz de las joyas será el reinicio"
Tan inmenso fue el poder de aquellas palabras que Kurai sucumbió ante el pánico, fue perseguida por autoridades de nivel tres y derrotada junto a sus cómplices. Pero antes de ser atrapada, logró escapar desgarrando la realidad y perdieron su rastro en el multiverso.
La manifestación física de ambos regentes del cosmos yacía inerte y sin energía en la oscuridad. Sin su influencia, el espacio y el tiempo empezaron a fluctuar y a desaparecer poco a poco. Todo parecía perdido, hasta que una luz emergió de ambos cuerpos en forma de una esfera dorada que emanaba energía muy intensa. Todo se mantuvo en silencio, hasta que de golpe, dicha esfera empezó a contraer todo el espacio a su alrededor y a absorber toda la energía presente.
Los regentes de otros universos sabían lo que ocurría y comenzaron a evacuar a todas las autoridades a sus respectivos universos. Las entidades restantes de nuestro universo, ya recuperadas debido a la contracción cosmológica, iniciaron el protocolo cíclico y repararon los desgarros en la matriz espacio-tiempo efectuados durante la batalla para luego perecer y reiniciar el ciclo.
Así comenzó la quinta edad singular y para sorpresa de todos, el universo se mantenía estable sin ambos regentes. Desde entonces, entidades de todo el cosmos tratan de encontrar una respuesta pero el misterio persiste hasta nuestros días.
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